Conheça os benefícios de brincar ao “faz de conta”

Descubre los beneficios de jugar al “make-believe”

jugar a fingir

La primera infancia es un momento de gran importancia para el desarrollo del niño, concretamente para la mejora del lenguaje, la comunicación y la psicomotricidad, pero también para el desarrollo cognitivo, social y emocional.

Las habilidades socioemocionales y afectivas, por ejemplo, deben trabajarse desde edades muy tempranas, mediante la promoción de experiencias psicosociales positivas y significativas para el crecimiento saludable del niño.

Estas habilidades son fundamentales para adaptarse a diferentes espacios o entornos (sociales, físicos y culturales), permitiéndoles aprender a crear vínculos y reforzar las interacciones con otros niños e incluso adultos. A través de estas interacciones sociales, el niño también adquiere habilidades comunicativas. De esta forma, aprenden a expresar sentimientos e ideas y desarrollan su inteligencia relacional, emocional y social.

La importancia de jugar a “ hacer creer

Jugar a “simular” es una de las mejores formas de trabajar habilidades sociales, emocionales y afectivas, pero también habilidades como imaginar y crear. Jugando a “hacer creer”, el niño aumenta su capacidad de observar, expresarse, escuchar y desarrollar la empatía.

Sin duda, el proceso de “simular” o “simular” es muy importante para el desarrollo infantil, pues a través de él el niño aprende sobre sí mismo y sobre los demás.

Al “simular” que es otra persona, el niño experimenta y juega otros roles, dándose cuenta de otras realidades diferentes a la suya, pero también de los sentimientos del otro, es decir, aprende a comprender el mundo que lo rodea.

“Pretend”: interpretación de diferentes roles sociales

Jugando otros roles, el niño aprende a ser más autónomo, a encontrar soluciones a diferentes problemas, a cooperar con sus compañeros, a expresar sus propias ideas ya aceptar las ideas de los demás. De esta forma, nos damos cuenta de que la capacidad de ponerse en el lugar del otro es fundamental para su desarrollo social, pero también emocional. Esta habilidad se puede adquirir a través de la promoción de actividades estimulantes y significativas, que permitan al niño relacionarse de manera sana con los demás e interpretar el mundo que le rodea. Estas actividades deben incluir la representación e imitación de personas o situaciones imaginarias.

Cuando los niños juegan a “simular”, están fantaseando, inventando personajes y creando situaciones, explorando así su lado más creativo, libre y espontáneo.

De una manera muy creativa, el niño desarrolla su capacidad de planificar y fijar metas e interiorizar las normas sociales, mientras disfruta del mundo de la fantasía.

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